Desarrollamos nuestra fe a través de estos tres pilares fundamentales.
Fe
Fe es la confianza en lo invisible y trascendental. Es una
convicción interna que va más allá de la evidencia tangible. En la
Biblia, se presenta como una conexión profunda con Dios y su amor,
experimentada a través de la oración, la meditación y la práctica
de buenos valores cristianos.
Además, la fe es un puente entre lo visible y lo divino, una
certeza que nos guía incluso cuando no vemos su cumplimiento
inmediato.
Amor
El amor es la base de la relación con Dios. El padre envió a su
hijo Jesús a morir por amor al mundo. Cuando tomamos de ese amor
lo practicamos entre los creyentes y es esencial para el
crecimiento espiritual de la Iglesia. Debemos amarnos, animarnos y
apoyarnos en las dificultades.
En resumen, el amor de Dios en la iglesia nos conecta con Él, nos
fortalece como comunidad y nos impulsa a obedecer sus mandamientos
y amarnos unos a otros.
Gracia
Gracia Es el favor inmerecido que Dios otorga a toda la humanidad.
Es un regalo divino que no se gana ni se merece por obras humanas.
Se manifiesta por fe a través de la salvación, el perdón de
pecados y la transformación espiritual.
Es un reflejo del amor incondicional de Dios por su creación y su
deseo de restaurar la comunión con cada uno de nosotros.